La pandemia del COVID-19 ha paralizado las actividades en casi todo el planeta y está poniendo en jaque a los Gobiernos y autoridades sanitarias de numerosos países. Sin embargo, en una situación tan complicada como esta es cuando se hacen más patentes las ventajas de las nuevas tecnologías. Es el caso del uso de la robótica como medida para prevenir y controlar la pandemia u ofrecer diversos servicios a los pacientes afectados por el Coronavirus.
Robots para frenar el avance del Coronavirus
A día 30 de marzo de 2020, los casos de contagios por Coronavirus ascienden a 740.000, mientras que el número de fallecidos ya es de 35.000, cifras que siguen en aumento y que se desconoce todavía hasta dónde podrían llegar. En esta tesitura, toda ayuda es bienvenida, entre ella que que puede brindar la tecnología. Por ejemplo, la que puede brindar la robótica.
Los investigadores del Instituto de Robótica Contextual se preguntan en la última edición de la publicación Science Robotics si los robots pueden ayudar a combatir la pandemia del Coronavirus, y cualquier otra epidemia en general. La respuesta es rotunda: SÍ.
Entre las ventajas que los investigadores de esta universidad señalan, está la posibilidad de usar los robots para cuidados médicos, descontaminación de espacios o telemedicina. También pueden ser empleados para tareas de logística, recogidas y envíos, reconocimientos médicos o monitorización del cumplimiento del estado de alarma.
Así lo señala Henrik Christensen, director del Instituto de Robótica de San Diego y profesor de Ingeniería y Ciencias de la Computación. Christensen destaca en la publicación la capacidad que están demostrando los robots en lo relativo a tareas de desinfección, limpieza y asistencia telemática.
Marcia McNutt, presidenta de la Academia Nacional de Ciencias y otra de las investigadoras que han tomado parte en la elaboración del artículo, también ha incidido en la importancia del uso de robots para la descontaminación de superficies. Uno de los argumentos esgrimidos es que el COVID-19 no solo se transmite por contacto de persona a persona, sino también a través de superficies contaminadas.
En este sentido, los investigadores también hacen hincapié en las capacidades de las nuevas generaciones de grandes, medianos, pequeños y microscópicos robots para limpiar cristales sin descanso, no solo limpiando superficies, sino también en tareas de saneamiento y esterilización.
Por otro lado, también señalan los beneficios en términos de teleasistencia a los pacientes. El empleo de robots social presenta para los investigadores oportunidades únicas para continuar con las relaciones sociales de los pacientes y ofrecer tratamiento médico sin riesgo de expandir más la epidemia.
En cualquier caso, la publicación también hace referencia a las dificultades de implantar la robótica en determinadas áreas o centros, debido a los requerimientos arquitectónicos y de conocimientos por parte del personal para manejar este tipo de tecnología.
Ejemplo del uso de la robótica durante la epidemia de Coronavirus
Estos días hemos visto en los medios de comunicación numerosos ejemplos de cómo los robots están ayudando en las labores de prevención y contención del COVID-19, así como en la asistencia a ciudadanos y pacientes.
Por ejemplo, en una localidad cercana a Shanghai se han utilizado drones equipados con cámaras térmicas que permitían tomar la temperatura de las personas sin salir de sus edificios, evitando así una posible exposición al virus.
También en la ciudad china de Hangzhou se empleó un robot llamado Peanut, desarrollado por la compañía Keenon, como robot de servicio para llevar comida a las habitaciones de los pacientes que habían sido confinados en un hotel de la ciudad.
Asimismo, también se ha visto cómo en China se utilizaban robots autómatas para realizar tareas de desinfección, tanto en los hospitales como en las calles. De esta manera, se puede aprovechar la robótica para el uso de tareas que entrañan gran riesgo para el ser humano.
No cabe duda de que el uso de estas tecnologías ha tenido un gran impacto en la superación de la epidemia en China, y que otros países como España deberían tomar ejemplo. Sin embargo, es comprensible que este tipo de tecnología no sea fácilmente accesible a todos los países, y que su adquisición en estos momentos supone un precio muy elevado, teniendo en cuenta las necesidades básicas a las que hay que hacer frente.
Lo que es seguro es que la robótica se ha convertido en uno de los grandes aliados contra los brotes epidemiológicos, como ya sucediera en el año 2015 el ébola. Y es de esperar que en los próximos años la implantación de los robots en el sector médico sea cada vez mayor, sobre todo para combatir casos de emergencia como el que se está viviendo.