El Internet de las Cosas o Internet of Things (IoT) es, junto con la inteligencia artificial, la realidad aumentada o la robótica, una de las tecnologías que van a marcar el futuro de la humanidad. Puede parecer una afirmación arriesgada, pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que en 2020 ya existen decenas de miles de millones de aparatos conectados a internet. Pero, ¿en qué consiste el internet de las cosas y para qué sirve? En este artículo te lo contamos.
¿Qué es el internet de las cosas?
Allá por el año 1969, la aparición del germen internet supuso uno de los mayores avances del siglo XX. La creación de la red de redes ha creado un canal de comunicación global que utilizan miles de millones de usuarios a través del protocolo World Wide Web (www).
Hasta ahora, usuarios y organizaciones podían acceder a internet a través de diversos dispositivos como ordenadores, tablets o teléfonos móviles. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología avanza hacia un mundo íntegramente conectado, en el que cualquier objeto podría conectarse a internet. Es lo que se denomina el internet de las cosas (IoT).
El IoT o Internet of Things podría definirse como una red que conecta cualquier objeto físico a través de internet. Dichos objetos cuentan con hardware especializado que no solo permite conectarse a la red de redes, sino que posibilita la realización de tareas ordenadas de forma remota. Además, los objetos con internet de las cosas pueden conectarse entre sí para crear una especie de red inteligente.
Dicho de otra manera, objetos que hasta ahora funcionaban por circuito cerrado como sensores o cámaras, ahora pueden conectarse a la red para funcionar de forma remota. Y esto es extensible a todo tipo de objetos o aparatos. Por ejemplo, cualquier electrodoméstico de la casa podría hacer uso del IoT: televisión, calefacción y aire acondicionado, frigoríficos, cocinas, y hasta una tostadora.
El desarrollo de la tecnología avanza hacia un mundo íntegramente conectado, en el que cualquier objeto podría conectarse a internet. Es lo que se denomina el internet de las cosas (IoT).
Pero, ¿cómo funciona el internet de las cosas?
La palabra clave es conectividad. Los aparatos dotados de internet pueden acceder a la red a través de su propia dirección IP. Gracias a esta IP son capaces de recibir instrucciones de forma remota desde un servidor, o de enviar a dicho servidor los datos que recojan.
Existen diversos tipos de aparatos conectados al Internet of Things. Algunos de ellos solo consisten en sensores que reciben y procesan información, mientras que otros también realizan funciones activas. Por supuesto, también hay objetos inteligentes capaces de realizar ambas funciones.
Para entender mejor el concepto, pongamos un ejemplo. Hasta ahora, la televisión era un aparato que se conectaba a una antena que captaba los canales por ondas electromagnéticas o por satélite. Sin embargo, ahora las televisiones inteligentes se conectan directamente a internet para ofrecer servicios a la carta, e incluso se pueden manejar a través de otros dispositivos como asistentes virtuales que se conectan al propio televisor.
¿Cuál es su origen?
El concepto de Internet de las cosas es bastante nuevo, de hecho apenas cuenta con 20 años de historia. Fue propuesto en el año 1999 por Kevin Ashton, investigador en el Auto-ID Center del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). El punto de partida para la aparición de este término fue el estudio de la identificación por radiofrecuencia (RFID) y la investigación del funcionamiento de sensores.
En el año 2005, la International Telecommunications Union (ITU) publicó el primer estudio referente al internet de las cosas. En dicha publicación se afirmaba que se había llegado a una nueva era en el mundo de las tecnologías de la información. En este punto ya es evidente la existencia de una conectividad global, un entorno en el que las conexiones se multiplican hasta crear una red de redes.
El IoT o Internet of Things podría definirse como una red que conecta cualquier objeto físico a través de internet.
Poco después, en 2008, un grupo de empresas forman la IPSO Alliance, con el objetivo de promover el uso de objetos inteligentes. En la actualidad forman parte de esta organización empresas tan importantes como Google, Cisco, Bosch, Toshiba, Fujitsu y muchas más.
La propia Cisco Systems, una de las empresas más involucradas en el desarrollo de esta tecnología, relacionó en 2008 el concepto de internet de las cosas con un hecho simple y constatable: el momento en que había más cosas conectadas a internet que personas.
Objetivos del Internet de las Cosas
El internet de las cosas puede usarse con numerosas finalidades. Sin embargo, vamos a centrarnos en los objetivos principales de esta tecnología
Automatizar procesos
Los dispositivos y objetos conectados pueden realizar tareas de forma automática. De esta forma se realizan los procesos de forma más rápida, cómoda y efectiva. Por ejemplo, imagina un equipo de música que reproduce automáticamente las listas de Spotity basadas en tus gustos y escuchas recientes.
Las aplicaciones pueden ir desde lo más simple, como el ejemplo anterior, hasta procesos mucho más complicados. Es el caso de los procesos industriales, donde la automatización permite ahorrar una gran cantidad de tiempo y dinero, y además, contribuye a reducir la intervención humana en tareas potencialmente peligrosas.
Favorecer el desarrollo sostenible
Por una parte, los sistemas interconectados permiten ahorrar recursos gracias a la automatización de procesos y la realización de tareas de forma automática. Por otra, también contribuye a perfeccionar labores de supervisión o mantenimiento. Por ejemplo, imagina un sistema conectado a la red que permite detectar un fallo en el funcionamiento de un brazo robótico en una fábrica antes de que se traduzca en un fallo de operativa real.
Mejorar la interacción entre humanos y máquinas
La relación con las máquinas es uno de los caballos de batalla a los que se enfrenta el ser humano de cara al futuro. El internet de las cosas contribuye a simplificar la interacción con los objetos. Los aparatos inteligentes permiten al ser humano gestionar las opciones de conexión, instalación, mantenimiento o revisión de forma mucho más ágil y sencilla.
A esto contribuye la unión del IoT con otras tecnologías como la inteligencia artificial, que permite a máquinas o equipos informáticos realizar tareas de forma similar a un ser humano e incluso aprender en base a la información acumulada.
Mejorar la seguridad
La unión del Internet of Things con otras tecnologías como la robótica permite realizar sin riesgo procesos que podrían resultar peligrosos para el ser humano.
Por otra parte, cuando se habla de seguridad, hay que tener en cuenta la cuestión de la privacidad digital. Una de las principales polémicas que rodean al internet de las cosas es el acceso de terceros (por ejemplo, hackers o las empresas fabricantes) a los datos que recogen los dispositivos. Por ello, uno de los principales objetivos es desarrollar soluciones de IoT que garanticen el uso de los objetos inteligentes con la mayor seguridad y respetando el derecho a la privacidad y la intimidad.
Crear un mundo conectado de forma global
Hasta ahora, internet conectaba a las personas a través de dispositivos como ordenadores o teléfonos móviles. Ahora, con el internet de las cosas la conexión se extiende a cualquier tipo de objeto. Desde las cosas más pequeñas, como un electrodoméstico del hogar, hasta proyectos mucho más ambiciosos, como todo el sistema de alcantarillado o recogida de basuras de una ciudad.
¿Cómo nos afecta el internet de las cosas?
El internet de las cosas tiene la capacidad para crear un gran impacto social y económico a través de la transformación de las formas en que nos comunicamos y accedemos a la información a través de los objetos.
Esta transformación va desde las relaciones con los demás, hasta los ámbitos más íntimos de la vida privada. Por ejemplo, los hogares inteligentes cambian la manera en que vivimos en nuestra esfera personal. Lo que hoy nos parece una comodidad superficial, mañana será algo sin lo que no podríamos vivir.
Los dispositivos y objetos conectados pueden realizar tareas de forma automática. De esta forma se realizan los procesos de forma más rápida, cómoda y efectiva.
Con el internet de las cosas los objetos y aparatos electrónicos adquieren una nueva dimensión, como si tuvieran una vida propia. Dejan de ser simples instrumentos para convertirse en objetos inteligentes que son capaces de gestionar un hogar, un vehículos o incluso contribuir a cuidar nuestra salud.
Los cambios no solo afectan a entorno personal, sino que llegan a todos los ámbitos. Por ejemplo, transformarán la forma de trabajar en el entorno laboral, en donde se avanzará hacia la automatización de procesos.
Y yendo todavía más allá, el internet de las cosas tiene potencial para transformar nuestra vida de forma global. Imagina una smart city del futuro en la que todo esté permanentemente conectado. Y no es un futuro tan lejano.
Usos y aplicaciones del IoT
Concretemos un poco más y veamos algunos de los ámbitos en los que ya se está utilizando el internet de las cosas.
Los dispositivos y objetos conectados pueden realizar tareas de forma automática. De esta forma se realizan los procesos de forma más rápida, cómoda y efectiva
Medicina
El IoT en medicina ya se usa en centros de salud y hospitales de todo el mundo. Por ejemplo, para gestionar el funcionamiento de aparatos quirúrgicos o para la monitorización de pacientes de forma remota.
Industria
Por su parte, el IoT industrial tiene la capacidad para controlar y automatizar los procesos industriales. Por ejemplo, gestionar procesos de fabricación, controlar el funcionamiento de robots colaborativos, perfeccionar tareas como el control de la producción, comprobar el correcto funcionamiento de sensores o sistemas y un largo etcétera. Si quieres saber más, consulta nuestro artículo sobre IoT industrial.
Infraestructuras y urbanismo
Las ciudades cada vez hacen más uso del internet de las cosas para gestionar sus infraestructuras. Gracias a ello se puede monitorizar en tiempo real su correcto funcionamiento y adaptarse más fácilmente a nuevas necesidades o situaciones inesperadas. Por ejemplo, gracias al IoT se pueden controlar semáforos, cámaras de seguridad, apertura de puentes o pasos a nivel, control del gasto energético en alumbrado o abastecimiento de aguas, etc.
Por ejemplo, Amsterdam es uno de los casos más destacados de ciudad inteligente. Entre otras iniciativas, ha creado un sistema que comparte datos del tráfico con desarrolladores y otras partes interesadas, para que puedan desarrollar apps de mapas o geolocalización que contribuyan a mejorar la movilidad en la ciudad. Además, ha puesto en funcionamiento unos barcos llamados coboats, que realizan servicios de transporte de mercancías de forma autónoma.
Big Data
El internet de las cosas y el Big Data son dos tecnologías que se compenetran a la perfección. De hecho, el IoT no se podría entender sin el Big Data. Gracias al almacenamiento y análisis de la información proveniente de los objetos inteligentes, los fabricantes pueden ofrecer soluciones cada vez más adaptadas a las necesidades de los usuarios.
Logística y transporte
Las aplicaciones del internet de las cosas en transporte son muchas y muy variadas: gestión de equipos y sistemas dentro del vehículo, comunicación entre vehículos, aparcamiento inteligente, información sobre el tráfico, pago automático de peajes, etc.
Estos usos también son extensibles al IoT en logística y la gestión de flotas. Por ejemplo, gracias al IoT se puede mejorar la asistencia en ruta, gestionar de flotas de vehículos, o controlar el estado y ubicación de las cargas para evitar robos, daños o retrasos en las entregas.
Por ejemplo, en la actualidad hay camiones de transporte que incorporan cámaras con sensores conectadas a la red que permiten consultar de forma remota el estado de la carga y su ubicación. Esto es especialmente útil para mercancías delicadas, peligrosas o que se han de conservar a determinada temperatura.
Agricultura
El sector primario requiere del uso de tecnologías que ayuden a transformar las maneras tradicionales de trabajar en la agricultura o la ganadería. En este sentido, el IoT en agricultura tiene la capacidad para reducir la pérdida de recursos y mejorar la productividad.
Por ejemplo, sistemas de abono o fertilización automáticos, sensores para controlar la luz o humedad en el terreno de cultivo, o equipos para la automatización del riego. Todo ello con la ventaja de poder controlar todos estos procesos desde cualquier lugar gracias a la conexión a internet de todos los sistemas y equipos.
Vida cotidiana
Sin duda, uno de los ámbitos en los que más se está notando el internet de las cosas es en el día a día, es decir, en nuestra vida cotidiana.
Vehículos conectados, sistemas de infoentretenimiento, smartphones, televisores inteligentes, lavadoras, secadoras, frigoríficos, equipos de calefacción o aire acondicionado, asistentes virtuales, alarmas inteligentes… Aunque a veces no nos damos ni cuenta, el uso de objetos inteligentes cada vez es más común en nuestra rutina cotidiana, y lo será cada vez más en el futuro.
Ventajas y desventajas del Internet of Things
El internet de las cosas tiene muchos puntos a favor, y, sobre todo, un gran potencial. Pero tampoco se deben omitir algunos aspectos que todavía causan cierto escepticismo entre algunos sectores de la sociedad.
Ventajas
Las principales ventajas del internet de las cosas se resumen en las siguientes:
- Permite avanzar hacia un mundo global y permanentemente conectado.
- Aumenta la eficiencia y productividad de los procesos.
- Contribuye al desarrollo de equipos, sistemas y procesos innovadores.
- Ofrece una enorme cantidad de información sobre el entorno.
- Los dispositivos o sistemas ofrecen información en tiempo real y se actualizan de forma constante con nuevos datos.
- Permite a los desarrolladores recolectar datos sobre su uso para perfeccionar los servicios y funciones.
- Favorece la automatización de procesos y el ahorro de tiempo en tareas.
- Facilita la realización de procesos peligrosos por parte de máquinas, evitando riesgos para el ser humano.
- Simplifica la gestión y mantenimiento de equipos electrónicos.
- Se puede usar en numerosos ámbitos y tiene una enorme cantidad de aplicaciones.
- Contribuye a la comodidad y el bienestar de las personas.
Desventajas
Sin embargo, también nos queremos detener más a fondo en las desventajas del internet de las cosas. Porque sí, como todo, también tiene sus inconvenientes.
Una de las principales críticas tiene como base la poca consistencia o utilidad de algunas de estas aplicaciones, lo que ha dado lugar a la aparición del término Internet of Shit o internet de las porquerías. Se trata de dispositivos de valor cuestionable que, realmente, no suponen ningún beneficio más allá de la curiosidad por su modo de funcionamiento.
Otra de las cuestiones a mejorar en el IoT es la seguridad. Hace unos años, la empresa Hewlett Packard realizó un estudio en el que reportó que el 70% de estos dispositivos tenían brechas de seguridad que podrían suponer riesgos para la privacidad y los datos personales de los usuarios. Además, el estudio determinó que más de la mitad de los aparatos dotados con Internet no utilizaban ningún sistema de encriptado de la información.
Y es que la privacidad y la protección de datos es otra de las principales preocupaciones de los usuarios. ¿Dónde se almacenan los datos que guardan estos dispositivos? ¿Quién tiene acceso a ellos? ¿Podrían vender mi información personal a terceros sin mi autorización? En este sentido, el Council of Internet of Things dibuja un futuro dominado por las ciudades panópticas, una especie de Gran Hermano en el que los seres humanos habremos perdido todo el control sobre nuestros datos personales y sobre la interacción con los aparatos tecnológicos.
¿Por qué está de moda el Internet de las Cosas (IoT)?
Las nuevas tecnologías ejercen una gran atracción sobre el ser humano, pero hasta ciertos límites. Cuando una tecnología novedosa se pone de moda es porque se ha llegado al punto de que sus ventajas superan a los inconvenientes, y su implantación resulta factible y beneficiosa para el usuario medio.
En este sentido, la principal novedad del internet de las cosas y que lo hace tan atractivo para el público es la concepción de los productos como servicios. Es lo que se denomina Products as a Service o PaaS. Este nuevo paradigma abre un futuro en que los objetos dejan de ser simples productos para convertirse en servicios que contribuyen a la mejora en diversos aspectos: rapidez, comodidad, eficacia, rentabilidad, etc.
Una de las principales críticas hacia el internet de las cosas tiene como base la poca consistencia o utilidad de algunas de estas aplicaciones, lo que ha dado lugar a la aparición del término Internet of Shit o internet de las porquerías.
Otra de las principales razones para que el internet de las cosas haya tenido éxito es que los fabricantes han apostado por esta tecnología. Especialmente, en lo referente a la electrónica de consumo. Los productos con internet de las cosas están ya al alcance de todos, en cualquier establecimiento. Ya no es una tecnología exclusiva de empresas, organizaciones o instituciones, sino que está orientada a todo tipo de público, empezando por el usuario medio.
Ejemplos de internet de las cosas
En este punto vemos algunos ejemplos de dispositivos o sistemas que hacen uso del internet de las cosas. Seguro que alguno de ellos te suena mucho.
Asistentes virtuales
Los asistentes del hogar como Amazon Echo o Google Home son uno de los ejemplos más reconocibles de aparatos que hacen uso del internet de las cosas. Estos dispositivos se conectan a internet y a otros equipos electrónicos para ofrecer numerosos servicios de infoentretenimiento.
¿Quieres consultar el tiempo que hace? Google Home te lo dice ¿Te apetece escuchar una canción? Alexa te la pone. Además, estos asistentes virtuales incorporan la inteligencia artificial para aprender acerca de tus gustos y ofrecerte respuesta cada vez más personalizadas.
Relojes inteligentes
Otro ejemplo de dispositivos inteligentes son los smartwatches. Hoy en día existen relojes inteligentes que se conectan a la red para ofrecer todo tipo de datos. Por ejemplo, algunos recogen datos de personas anónimas para ofrecer información relativa a la salud. Incluso, en caso de detectar síntomas o niveles inadecuados, permiten ponerse en contacto con el médico de cabecera para que le pase consulta sin tener que desplazarse hasta el centro de salud.
Mango Mirror
El internet de las cosas llega a cualquier objeto cotidiano. Un ejemplo es Mango Mirror, un espejo inteligente que se conecta a diversas aplicaciones de salud para ofrecer al usuario información sobre su peso, calidad de la nutrición, hidratación y mucho más. Pero no solo eso, también facilita datos sobre el estado del tráfico, las noticias del día o tu agenda del día. Imagina que te miras al espejo antes de salir de casa y que te diga algo así como “mejor ponte un abrigo, va a llover“.
Smart cities
¿Sabías que para el año 2050 más del 70% de la población mundial vivirá en ciudades? Ante esta situación, se hace imprescindible desarrollar sistemas e infraestructuras que permitan mejorar la gestión de las grandes urbes. Es lo que se denomina ciudades inteligentes.
Un ejemplo de empresa que presta servicios de internet de las cosas a ciudades es Libelum. Esta compañía ha desarrollado diversos proyectos, como un sistema de estacionamiento inteligente, o una app que indica a los ayuntamiento cuando deben encender las farolas o regar los jardines, entre muchas otras funciones.
Datalong 16
En este caso se trata de una aplicación destinada a la logística y transporte. Datalong 16 es un dispositivo que se coloca junto a la carga para saber en tiempo real la ubicación y condiciones de la misma. En especial, se usa para controlar la temperatura en productos como alimentos o medicamentos.
Puedes ver muchos más ejemplos de dispositivos en nuestros artículos sobre IoT de Telefónica o IoT de Vodafone, dos de las principales empresas que han apostado por esta tecnología en España.
Esto ha sido todo sobre el internet de las cosas o IoT, una tecnología que, de forma silenciosa, se ha hecho un hueco en nuestras vidas y que será cada vez más importante en el futuro.