La arquitectura sostenible ha ido cobrando cada vez más fuerza en los últimos años. Se trata de un modelo de edificación relacionado con el desarrollo sostenible y la sostenibilidad, que busca reducir el impacto medioambiental de los edificios. Pero, ¿en qué consisten? ¿Cuándo se considera que un edificio es sustentable? En este artículo te lo contamos y te mostramos algunos ejemplos.
¿Qué es la arquitectura sostenible?
La acción del hombre ha provocado problemas ambientales como el cambio climático, calentamiento global, agotamiento de los recursos naturales, deforestación, sequías, deshielos, y un largo etcétera. Por ello, es imprescindible adoptar actitudes en favor el desarrollo sostenible y que frenen en la medida de los posible estas consecuencias negativas.
Desde hace algunas décadas, el sector de la construcción ha empezado a apostar por la construcción de edificios que hacen hincapié en la sostenibilidad ambiental. Es lo que se denomina arquitectura sustentable.
La definición de arquitectura sostenible podría ser la siguiente:
La arquitectura sostenible es aquella que usa técnicas y materiales respetuosos con el medio ambiente, integra los edificios con el entorno natural y minimiza el impacto ambiental de los edificios gracias a la eficiencia energética.
La arquitectura verde o sostenible abarca todo el ciclo de vida de un edificio. Desde su la fase del diseño hasta su construcción, pasando por el aprovechamiento de los recursos durante su vida útil.
Por ejemplo, durante la fase de diseño se llevan a cabo estudios que permitan determinar cuál es el mejor lugar para construir un edificio sostenible, qué tecnologías se pueden emplear para el autoabastecimiento, o cómo aprovechar mejor los recursos naturales renovables.
Para el proceso de construcción se busca utilizar materiales reciclados o respetuosos con el medio ambiente, o emplear procesos de fabricación que no requieren un excesivo gasto de energía o el transporte de los materiales desde grandes distancias.
Hay que tener en cuenta que hoy en día la palabra “sostenible” vende mucho, y en ocasiones se utiliza muy a la ligera. No todos los edificios que se vanaglorian de ser sostenibles lo son. Para que sean realmente sustentables, deben ofrecer beneficios palpables para el medio ambiente Por ejemplo, hay construcciones que cuentan con placas solares, y ya solo por ello se adjudican el adjetivo de “sostenibles”. Pero, ¿qué pasa si no ha habido un estudio previo que garantice que las placas fotovoltaicas estén correctamente orientadas? En ese caso, se estará desperdiciando energía, todo lo contrario a lo que debe promover la arquitectura sostenible.
Características de la arquitectura sustentable en 2021
Ahora que hemos visto la definición de arquitectura sustentable, vamos a profundizar más en sus características para entender mejor este concepto. Entonces, ¿por qué se caracteriza la arquitectura sustentable?
- Considerar al entorno para construir edificios que obtengan el mejor rendimiento energético con el menor impacto ambiental. Por ejemplo, los ecosistemas la biodiversidad, las condiciones climáticas, la orografía e hidrografía, etc.
- Aprovechar al máximo los recursos naturales, por ejemplo, la energía solar o el agua de la lluvia.
- Usar materiales de construcción de bajo contenido energético o reciclados, que no requieran de un elevado gasto de energía para su fabricación o transporte.
- Maximizar el aprovechamiento de la energía durante la vida útil de los edificios, gracias a la reducción del consumo para calefacción, refrigeración o iluminación.
- Promover una cultura de la sostenibilidad en las edificaciones, desde su diseño hasta su construcción y su posterior uso.
- Cumplir con todas las condiciones de salubridad, iluminación o habitabilidad en los edificios con el menor gasto energético.
- Integrar los edificios en el entorno también desde un punto de vista estético, de forma que sea agradable a la vista y no tenga un impacto negativo en el paisaje.
Tipos de arquitectura sostenible
La arquitectura sostenible se puede bordar desde diferentes puntos de vista o filosofías. Todas ellas tienen en común su afán por construir edificios que reduzcan el gasto de energía y la huella energética. A continuación vemos distintos tipos de arquitectura sustentable. Cabe destacar que estos modelos no son excluyentes y se pueden fusionar unos con otros.
Arquitectura biomimética
Es un tipo de arquitectura sostenible y sustentable que busca imitar la naturaleza. Se inspira en el entorno, en los ecosistemas y su biodiversidad para crear edificios capaces de aprovechar los recursos que ofrece la naturaleza.
Los ecosistemas han ido evolucionando con el paso de los años para ir adaptándose a las condiciones cambiantes que les ofrece el entorno. La arquitectura biomimética tratar de llevar esta capacidad de adaptación de los sistemas vivos a la arquitectura
Un ejemplo de arquitectura biomimética sería un edificio construido en una zona cálida o casi desértica que se inspira en los refugios que construyen las especies del entorno a la hora de diseñar un sistema de refrigeración eficiente.
Entre las ventajas de esta arquitectura es que aprovecha al máximo los recursos naturales y reduce el mínimo el impacto negativo de las edificaciones sobre el paisaje.
Arquitectura bioclimática
El principal objetivo de la arquitectura bioclimática es construir edificios sostenibles mediante el aprovechamiento de las condiciones climáticas del entorno.
Por ejemplo, un edificio bioclimático sería aquel cuya ubicación y orientación está encaminada a aprovechar al máximo una fuente de energía natural y lumínica como los rayos de sol. Yendo más allá, se puede crear un aislamiento interior que pueda crear dentro de edificio una especie de efecto invernadero que mantenga el calor.
Por supuesto, la arquitectura bioclimática no se limita a sacar partido de la energía solar, sino que también abarca el aprovechamiento del viento, del agua de lluvia o incluso de la vegetación del entorno.
Bioconstrucción
La bioconstrucción también es denominada arquitectura sostenible radical, y se basa en el uso de materiales naturales o reciclados, y que sean amigables con el medio ambiente. Esto también abarca el empleo de materiales obtenidos en el propio entorno donde se va a edificar.
Básicamente, se trata de emplear materiales que supongan un menor impacto ambiental y gasto energético. En lugar de emplear procesados como el hormigón o el ladrillo, se apuesta por otros materiales como barro, arcilla, fibra, corcho, paja, madera, lana y un largo etcétera.
Las ventajas de estos edificios es que el impacto en el medio ambiente durante su fabricación es mínimo, y los costes de fabricación suelen ser más reducidos. Además, debido a los materiales utilizados se suelen fundir mejor con el entorno, una característica que este tipo de arquitectura sostenible comparte con la arquitectura biomimética.
7 claves para conjugar arquitectura y sostenibilidad en el mismo edificio
En este punto vemos una serie de requisitos que los edificios han de cumplir para que puedan ser considerados sostenibles.
Eficiencia Energética
La Unión Europea ha establecido una escala para determinar la eficiencia energética de los edificios. Este baremos se divide en 7 niveles, que van desde la letra A a la G. Una edificio con eficiencia energética A aprovechará mejor los recursos y tendrá un menor gasto de energía, mientras que os edificios con valoración G están en el extremo opuesto.
En general, esa escala de eficiencia energética se centra sobre todo en el aislamiento térmico de los edificios. Es decir, cuánto mejor sea el aislamiento, menos tendrán que destinar las familias a sistemas de calefacción o refrigeración.
Hay numerosos factores que pueden influir en la eficiencia energética de un edificio, por ejemplo, su ubicación y orientación, o los sistemas de aislamiento empleados.
Uno de los actores que más incluye en la eficiencia energética es la eliminación de los puentes térmicos. Estos puentes son como grietas en la fachada o estructura de los edificios que minimizan su eficiencia energética. Por tanto, su eliminación es fundamental para evitar que la energía se escape.
Por supuesto, no todo se reduce al aprovechamiento de la luz solar o al aislamiento térmico. Hay muchos otros métodos para mejorar la eficiencia energética de un edificio, por ejemplo el empleo de torres de evaporación, equipos para el reciclaje de agua de lluvia, o colocación molinos eólicos en las azoteas, o cultivo de jardines verticales, entre otros.
En definitiva, la eficiencia energética se basa en aprovechar mejor las energías naturales y renovables para minimizar el gasto energético y el impacto ambiental provocado por el consumo de las familias en su vivienda.
Confort lumínico y acústico en el interior de las viviendas
La arquitectura sostenible busca aprovechar al máximo la luz del sol para proporcionar a los edificios y viviendas una iluminación natural lo más eficiente posible. Hay que recordar que la iluminación natural no solo contribuye a reducir la factura de la luz, sino que también proporciona a los inquilinos del edificio confort y bienestar.
Para ello, muchos arquitectos realizan estudios y simulaciones virtuales previas en los que se analizar la orientación idónea de los edificios o la ubicación ideal de ventanas y zonas acristaladas.
Por otro lado, la contaminación acústica es uno de los problemas a las que millones de personas se enfrentan sobre todo en las grandes ciudades. El ruido no solo es molesto, sino que puede ser una fuente de estrés, nerviosismo y ansiedad. En definitiva, repercute negativamente en la vida diaria y en el bienestar de las personas.
El aislamiento térmico también contribuye a reducir el impacto acústico, ya que se emplean materiales que permiten “sellar” los edificios, evitando la penetración de ruidos del exterior. Otra forma de conseguir un aislamiento acústico optimo es utilizar ventanas con varias capas de vidrio.
Incorporar la naturaleza en el diseño de los edificios
Cuando los seres humanos nos vamos de vacaciones, en muchas ocasiones optamos por entornos naturales como playas o montañas, precisamente porque estos entornos nos proporcionan tranquilidad, confort y bienestar. ¿Por qué no llevar esas sensaciones a nuestra vida diaria?
El diseño biofílico está relacionados con las arquitecturas biomimética y bioclimática, en el sentido de que busca aumentar la conexión de los ocupantes con el entorno, a través de la incorporación de elementos naturales en los edificios.
Por ejemplo, algo tan simple como la incorporación de un jardín vertical en unas oficinas puede contribuir a mejorar la salud física y emocional de los trabajadores, al dar la impresión de que se está en un entorno menos cerrado y artificial.
Utilización de Materiales Sostenibles
Durante muchos años, el sector de la construcción se ha empeñado en utilizar materiales para cuya fabricación se requiere un alto consumo energético. Algunos ejemplos son el hormigón, el ladrillo, el acero y otro derivados del petróleo, como el PVC.
Sin embargo, la arquitectura sostenible apuesta por los materiales reciclados o reciclables, o aquellos que permitan reducir la huella ambiental: corcho, piedra, pizarra, arcilla, etc. También es frecuente el aprovechamiento de los residuos generados para la fabricación de otros materiales, por ejemplo, reutilizar las astillas o virutas generadas al producir tablones de madera.
La incorporación de las nuevas tecnologías al sector de la construcción
Las nuevas tecnologías contribuyen a mejorar las fases de prospección, diseño y fabricación de los edificios, con el objetivo de minimizar el gasto energético y el aprovechamiento de los recursos.
Por ejemplo, gracias a las nuevas tecnologías se han podido desarrollar técnicas como la pre-construcción. Gracias a los equipos informáticos se pueden realizar simulaciones fuera de obra, para comprobar cuáles serían los resultados in situ.
Gracias a ello se ha podido avanzar en cuestiones como la ubicación u orientación de los edificios, distribución de fuentes de luz, eficacia de equipos aislantes, etc. Además, minimiza los fallos de ejecución que pueden suponer gastos innecesarios de tiempo, energía y materiales.
Energías Renovables para todas las instalaciones
Hace ya mucho tiempo que se viene avisando del agotamiento progresivo de los combustibles fósiles como el carbón, el gas natural o el petróleo. Por ello, cada vez se hace más imprescindible la sustitución de estas fuentes de energía no renovables por energías renovables como la energía solar, eólica o la biomasa.
Además, de ser fuentes de energía renovables, cuentan con la ventaja de que no emiten CO2 ni sustancias contaminantes a la atmósfera, minimizando el impacto ambiental y contribuyendo a no seguir agravando el cambio climático o la destrucción de la capa de ozono.
Domótica
Antes hablamos del uso de las nuevas tecnologías durante la fase de diseño o construcción de los edificios. En este caso nos referimos a tecnologías aplicadas a la mejora de la eficiencia energética durante la vida útil de las viviendas.
La domótica se basa en el IoT o internet de las cosas, es decir, la interconexión entre los objetos cotidianos gracias a internet. Gracias a esta conexión se puede mejorar la gestión de los equipos de climatización o iluminación de los edificios, lo cual redunda en un mayor confort y una mejora de la eficiencia energética.
Por ejemplo, un equipo de domótica podría regular de forma automática la temperatura de la casa, programar la calefacción para que se encienda y apague a ciertas horas del día, o para que las luces de una estancia solo se iluminen si hay alguien presente.
7 proyectos de arquitectura sostenible: Ejemplos que mezclan diseño arquitectónico y sostenibilidad a la perfección
Existe numerosos ejemplos de arquitectura sostenible que suponen una buena muestra de lo que es capaz de ofrecer este nuevo concepto en la edificación. Veamos algunos de estos proyectos.
Casas de paja en Extremadura
En el año 2017, la constructora Bioconstrucciones Prefabricadas ejecutó una obra que se basaba en el uso de paja para la construcción de los edificios.
En concreto, estas casa estaban formadas por módulos de madera rellenos de fardos de paja. A pesar de lo que se pueda pensar, la paja no es un materiales tan frágil como parece. De hecho, al utilizar un gran espesor de paja para el recubrimiento de los módulos de madera, se consiguió dotar a las viviendas de un gran aislamiento natural y con muy buenas prestaciones térmicas.
Casa de cerámica en Boyacá, Colombia
Esta edificación es obra del arquitecto Octavio Mendoza Morales, y supone un gran ejemplo de cómo aunar en una sola vivienda la arquitectura biomimética y la bioarquitectura.
Para la realización de su obra, el arquitecto simuló el modo de fabricación del ladrillo, pero en lugar de ello construyó un edificio de una sola pieza de cerámica, de 500 m2.
Es un buen ejemplo de arquitectura biomimética porque el edifico se funde con el entorno y no crea ningún impacto en el paisaje. Y también es un gran ejemplo de bioarquitectura porque para su fabricación se utilizaron exclusivamente materias primas extraídas del propio suelo donde se levantó la edificación.
Campus Repsol
El Campus Repsol es considerado como un referente dentro del ámbito de la arquitectura sostenible en España. Está formado con cuatro edificios en los que trabajan unos 400 empleados de la compañía.
¿Por qué es un ejemplo de edificio sustentable? Principalmente, por su gran jardín central, que supone una gran muestra de arquitectura verde. Este jardín está formado por numerosas especies de plantas autóctonas. Para su cuidado se emplea un sistema de riesgo de bajo consumo. Además, cuenta con un sistema de aprovechamiento de agua y de un tanque subterráneo que recoge el agua de lluvia para su posterior reutilización.
La Escuela de Nordhavn en Copenhague
Esta edificio es un clara muestra de diseño orientado al aprovechamiento de los recursos naturales. Su fachada está recubierta íntegramente por paneles solares, lo que permite que sea prácticamente autosuficiente en el plano energético.
Por si fuera poco, el propio diseño del edificio forma parte del plan de estudios del Centro. Son los estudiantes quienes controlan todos los parámetros de los paneles solares, por ejemplo su ubicación, y emplean los datos obtenidos para asignaturas como física o matemáticas.
Una clara muestra de cómo diseñar un edificio sostenible, a la vez que se educa e inculca el aprovechamiento energético a las nuevas generaciones.
Viviendas sociales en Can Batlló
Se trata de una antigua fábrica textil que se ha reacondicionado en forma de viviendas sociales. Se ha convertido en una referencia en la eficiencia energética gracias a su patio central, que es definido como un “pozo de energía”.
Este patio central funciona como una chimenea térmica que es capaz de recoger los rayos solares, generando una corriente de aire caliente ascendente que se puede utilizar en los hogares, a la vez que sustituye ese aire caliente por aire nuevo y fresco del entorno.
Edificio Pontejos 9
El Proyecto Pontejos se desarrolló entre 2015 y 2016 y consistió en la rehabilitación de un edificio de finales del siglo XIX, transformándolo en 6 viviendas y dos locales comerciales. Esa obra recibió en 2015 el Premio de Arquitectura e Interiorismo FAD.
Es uno de los mejores ejemplos recientes en España de cómo hacer una rehabilitación, no solo para volver a hacerla habitable, sino de situarse a la vanguardia en arquitectura, interiorismo, paisaje y eficiencia energética.
Ciudad BBVA
La ciudad BBVA es un enorme complejo de 114.000 m2 que se erige como otro de los grandes proyectos de arquitectura sostenible en España. Destaca por estar compuesto por materiales de bajo impacto ambiental y, sobre todo, por ser el edificio más grandes de Europa cuya iluminación se basa en tecnología LED.
En definitiva, la arquitectura sostenible es una manera de mejorar la eficiencia energética, reducir el impacto ambiental de las edificaciones y, no menos importante, reducir el gasto en energía de los hogares.
Uno de los grandes problemas del sector es que, hasta hace relativamente poco tiempo, promotores, constructores y arquitectos estaban más preocupados en otras cuestiones que en hacer de sus obras algo sostenibles ambientalmente. En los últimos años esto ha empezado a cambiar, pero todavía se necesita recorrer un largo camino para que los edificios sostenibles sean la norma general, y no solo una excepción.