Estamos muy acostumbrados a las historias de ficción en el que se crean inteligencias artificiales para ayudar a los humanos, pero que terminan sometiendo a nuestra especie de las formas más horribles. No queremos parecer alarmistas y, de hecho, somos los primeros que no queremos que eso pase. Pero la inteligencia artificial GPT-3 de OpenAI cumple con todas las características de estas I.A. malévolas. Es extremadamente inteligente, tiene el potencial para ser imprescindible para el ser humano, y sus capacidades son impresionantes, a la par que espeluznantes.
¿Qué es el GPT-3 de OpenAI?
GPT-3 o Generative Pre-Trained Transformer-3 es una inteligencia artificial basada en un modelo de lenguaje autorregresivo. Está diseñada para generar textos usando técnicas de deep learning o machine learning. Es decir, puede aprender en base a la información que recoge.
Este lenguaje es la tercera generación de la serie GPT, diseñada por la compañía OpenAI apoyada por Elon Musk (sí, el mismo que nos quiere implantar chips en el cerebro).
Recientemente, Microsoft (que ha invertido millones de dólares en el desarrollo del proyecto) ha informado que se ha hecho con el uso exclusivo de esta I.A., la cual empleará para el desarrollo de sus propios productos tecnológicos, en especial para los que están basados en su plataforma Azure.
Procesamiento natural del lenguaje o PNL
GPT-3 es una inteligencia artificial que hace uso del procesamiento del lenguaje natural o natural language processing. En concreto, forma parte de un novedoso sistema basado en representaciones de lenguaje pre-entrenadas.
Esta inteligencia artificial es capaz de procesar 175.000 millones de parámetros del lenguaje, por lo que es capaz de redactar textos casi imposibles de distinguir de los que redactaría un ser humano.
Sin embargo, hay quien afirma que GPT-3 todavía no ha llegado a la perfección en este campo, ya que su procesamiento de palabras es meramente sintáctico y no es capaz de reflejar al 100% las relaciones semánticas.
Su antecesor el GPT-2
GPT-2 fue el antecesor de GPT-3 y se dio a conocer como la inteligencia artificial capaz de crear noticias falsas. No solo eso, sino que a partir de unas pocas líneas de texto era capaz de crear un artículo periodístico completo, y más aún, inventarse las fuentes humanas de las que provenían la información.
¿Te imaginas las posibilidades que esto podría tener para los grupos de poder que manejan los medios de (des)información?
El propio Elon Musk se asustó en su día con lo que podría suceder si se hiciera un mal uso de esta tecnología, por lo que OpenAi decidió no publicar la versión completa y dedicarse a perfeccionar su invento.
¿Cómo se ha entrenado esta IA?
GPT-3 toma la información de diferentes servicios que rastrean la web y proporcionan los datos de forma libre al público.
Principalmente, la mayor parte de su información proviene de Common Crawl (410.000 millones de elementos), pero también tienes otras fuentes como WebText2 (19.000 millones de elementos), Books1 (12.000 millones) o Wikipedia (3.000 millones).
Es decir, para su aprendizaje GPT-3 fue entrenada con cientos de miles de millones de palabras. Además, es capaz de entender otros leguajes, por ejemplo lenguajes de programación como Python o CSS.
Usos en la informática de esta IA
Hasta ahora, no parece que GPT-3 se diferencia demasiado de los típicos generadores automáticos de textos. Sin embargo, en este epígrafe veremos cómo es una inteligencia artificial tan desarrollada que sus posibilidades van mucho más allá.
Redacción de textos
Ya hemos dicho que una de las principales características de GPT-3 es la creación de textos. Esta inteligencia es capaz de analizar los datos de escritura previos para decidir qué palabras siguen en el texto. En cierta manera, se podría parecer a la función de autocompletado de Google, pero a mucha mayor escala. Por ejemplo, podrías darle un par de frases y GPT-3 podría crear un texto completo con ellas.
Generador web
Sin embargo, muchos programadores han visto que esta inteligencia artificial tiene mucho más potencial del que parece a simple vista y se han puesto a experimentar con ella. Uno de ellos es Sharif Shamee, quien ha descubierto que GPT-3 es capaz de generar código HTML y CSS simplemente describiéndole que queremos que se muestre.
Dicho de otra manera, esta I.A. es capaz de programar páginas web, transformando en lenguaje de programación las instrucciones en texto natural que le dicta el usuario.
Diseño de apps
También se ha descubierto que la inteligencia artificial de OpenAi es capaz de diseñar programas y aplicaciones. Simplemente hay que describirle (con texto normal) cómo queremos la app y OPT-3 se encargará de generar todo el código y programar su funcionamiento.
Creación de plugins
Del mismo modo, GPT-3 también se puede emplear para la creación de plugins de todo tipo. Uno de ellos es Figma, un plugin basado en esta inteligencia artificial que puede crear cualquier item en una app simplemente diciéndoselo. Por ejemplo, ha sido capaz de crear una versión básica de Instagram siguiendo instrucciones tan básicas como “crea un icono de una cámara”, “pon el título fotos” o “crea un sistema de comentarios” o “diseña un feed de fotos con iconos de usuarios”.
Chatbots
Por otra parte, GPT-3 ha confirmado que es una inteligencia artificial capaz de seguir una conversación sobre cualquier tema y que es capaz de hacerlo de la misma manera que un ser humano (de hecho, lo puede hacer mucho mejor). Algunos usuarios ya han probado a hablar con ella de temas como política, inteligencia artificial, videojuegos, criptodivisas y un largo etcétera, y siempre ha demostrado que es capaz de procesar y entender en lenguaje a niveles nunca vistos.
OpenAI Five
Basándose en esta tecnología, OpenAi también está desarrollando otras inteligencias artificiales que se podrían aplicar a numerosos campos de la vida. Es el caso de OopenAI Five, una I.A. que ha sido probada con el videojuego Dota 2, con el objetivo de crear una inteligencia artificial que se pueda usar un sistemas más generales y en distintos ámbitos.
En concreto, esta I.A. ha estado jugando el equivalente a 10.000 años de partidas a Dota 2 contra sí misma, demostrando habilidad para actuar como un experto jugador, aprendiendo patrones de comportamiento humanos y operando de forma cooperativa a escala internet.
Críticas y posibles riesgos
El potencial que ofrece GPT-3 es todavía desconocido pero, básicamente, se trata de una I.A. que posee tanto información y es capaz de comprenderla de tal manera que se podría emplear para crear prácticamente cualquier cosa, desde un simple artículo de texto hasta un misil tierra-aire.
De momento, las críticas hacia esta inteligencia artificial se han centrado en los peligros que puede suponer para la veracidad de la información. Por ejemplo, en un estudio publicado el 28 de mayo de 2020, los investigadores concluyeron que Open GPT-3 es un sistema cuyos efectos potencialmente dañinos incluyen la desinformación, phishing, suplantación de identidad, spam, creación de artículos y ensayos fraudulentos, pretexting y más.
De hecho, otros estudios van más allá, y a todos los riesgos anteriores le suman el posible abuso de esta inteligencia artificial por parte de organizaciones legales y gubernamentales con el fin de conseguir sus objetivos.
Por otra parte, otro de los grandes riesgos de Open GPT-3 tiene que ver con una de las tradicionales polémicas que siempre han ido asociadas al uso de la inteligencia artificial: su compatibilidad con el ser humano.
Es decir, si existen inteligencias artificiales capaces de ejercer de redactores, periodistas, diseñadores, programadores, profesionales de atención al cliente… y que además, son capaces de desarrollar soluciones para prácticamente cualquier ámbito, ¿para qué se necesita entonces al ser humano? ¿Seremos relegados a tareas cada vez más mecánicas e insignificantes?
Como decíamos al principio del artículo, lo único que nos salva de llegar al panorama que muestran las películas de ciencia ficción es que todavía no hemos sido capaces de programar una inteligencia artificial que cobre conciencia de sí misma. Si eso sucediera algún día, sería nuestro fin.